Las relaciones difíciles suelen serlo porque llegan al arcano fondo de los problemas existenciales. Igual pasa en las decisiones difíciles.
Una decisión difícil conlleva una renuncia difícil, y cada renuncia nos pone en primer plano la limitación, la imposibilidad, la irreversibilidad, la transitoriedad, el darnos cuenta de que la sensación de que progresamos es una ilusión, un invento, una convención, el opio de una esperanza vana.
Por eso las religiones que incrementan el terrible sufrimiento que supone a menudo la existencia y siempre la muerte para un humano, añadiéndole amenazas de castigos desmedidos, “no tienen perdón de dios”.
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1 comentario
no comprendo bien a qué te refieres… de acuerdo con lo del castigo y el miedo… pero ¿con relación a qué? no me queda claro…