Nosotros que tanto nos hemos basado en el concepto de persona en la empresa, si le damos vueltas, resulta ser un concepto momia.
No somos los mismos a lo largo del tiempo
No somos lo mismo de un instante a otro
No somos los mismos con unos que con otros
Nuestra misma acción nos constituye y nos desborda; sus consecuencias nos rebasan (y a veces devastan)
Y para completar el panorama, nuestro subconsciente acaso rija más que nuestro consciente en nuestra existencia. Pero no acaba aquí, es que además nos morimos, es decir, dejamos de ser, aunque a veces algo queda, y, en algunas inspiradoras ocasiones, bastante.
Como tantas cosas, el concepto de persona se ha quedado atrás. Toca dar un quiebro y mirar con otros ojos, a ver que somos capaces de ver entonces.