Nosotros tomamos nuestro destino en las manos,
nos convertimos en responsables de nuestra historia mediante la reflexión,
pero también mediante una decisión en la que empeñamos nuestra vida;
y en ambos casos, se trata de una acto violento que se verifica ejercitándose.
MERLEAU-PONTY
Ante estas afirmaciones el pensamiento post moderno clamaría diciendo que “nosotros” no existe, sino que es una representación, que no hay decisión sino un fluir animado por deseos, cuya consecuencia es la imposibilidad de responsabilidad y por ende de culpa.